"No te dejes influenzar"
No te dejes influenzar
Tras muchos días de arduo trabajo escolar (bueno ni tan arduo) las vacaciones se presentaban perfectas para olvidarse de las tareas, de la escuela que por mucho es casi mi segundo hogar (paso más horas de las debidas) y resultaba placentero el hecho de salir unos días al sol, al agua y a mi convivencia familiar. Pasaron dos semanas en las que fui de un lado a otro, visité a muchas personas, comí de más y dormí tantas horas como pude (después de una ligera noche de baile) si, era perfecto; eso me obligaría a volver a mis actividades con más ganas y mucha energía; sin embargo al volver a la universidad, no pasaron muchos días y una noticia acaparó la atención de propios y extraños. A raíz de un virus, México y el Distrito Federal suspenden labores escolares, laborales y de diversión. ¿Pero cuál es el virus? ¿De qué se trata?
Resulta que por alguna extraña razón un “cerdito” propagó un virus que a las personas les generaba fiebres muy altas, tos, dolores de cabeza y una irritación en los ojos, síntomas que podrían confundirse con una “gripita” propia de los cambios de temperaturas, pero la cosa no paró ahí, en la televisión, radio y periódicos se empezaba a difundir la preocupación porque el virus traspasara los niveles de seguridad sanitaria (los cuáles a decir vedad nunca existieron) y que generarían que otros estados de la República cerraran sus actividades; y justo pasó; estados como San Luis y Oaxaca se unían a la suspensión de labores. Los programas empezaban por expandir medidas precautorias y poco a poco nos fueron informando que cualquier aglomeración tenía que ser evitada, por lo que bares (la preocupación de muchos), restaurantes, escuelas y partidos de fútbol tenían que ser suspendidos (éste último efectuados a puerta cerrada), pero como era de esperarse en Puebla todo circuló como si nada (a nuestro gobernador le faltó un poco de suspicacia) y mi familia y yo un tanto inconscientes asistimos al encuentro de fut, cerca de cincuenta mil personas sin ninguna restricción abucheamos a el árbitro incompetente, y todo parecía avanzar normal, pero en otros estados no sería así. Total con todo y que nos unimos tarde al cierre de labores; todo el país se escondió en su casa, los niños ya no transitaban con la frecuencia de siempre y el tráfico era controlado. A los estudiantes nos mandaron a hacer tareas a nuestros hogares y la movilidad disminuiría hasta el 6 de mayo.
Para mi madre resultó algo caótico (a pesar de que se desharía de sus alumnos por una semana), pues los medios fueron los comisionados de entre disfrazar la verdad y preocupar a la ciudadanía, entre ellos mi mamá que ya pensaba en el fin del mundo, mi papá escéptico solo escuchaba los informes de nuestro Secretario de salud o de nuestro muy “responsable” presidente, que con su carita de preocupación aparecía suspendiendo las transmisiones para notificarnos que México estaba pasando una crisis sanitaria (claro había que tapar la crisis económica con los cerdos) la verdad no había a quien irle pues entre los dos se echaban flores asegurando por un lado José Ángel Córdova que recibía todo el apoyo de Felipe Calderón y por otro lado Calderón manifestando que todo estaba siendo tratado a modo de evitar más muertes, las cuales ya sumaban ( ) y lo más extraño es que los familiares jamás dieron testimonio de su pérdida y los nombres de los desafortunados fallecidos tampoco fueron mostrados (raro) pero Calderón seguía alentando “al pueblo mexicano”.
Así fueron pasando los días y en los noticieros “La pandemia” se apoderaba de todo a su paso y muy a pesar de que China colaboró enviándonos 3 millones de tapabocas y 240 mil protectores profesionales con un valor de 4 millones de dólares (Proceso 3 de mayo 2009), no tardó en cerrar las puertas de su país y encerró a los turistas mexicanos para evitar la propagación en su habitantes. Algo desafortunado, porque eso fue un parte aguas para la discriminación que tanto en China como en países europeos no se hizo esperar y las reseñas mostraban a personas de otros continentes mofándose de México al enseñar nuestra bandera pintada sobre “Un cerdo”. Peor no podía ser. En Alemania los visitantes solo pisaron el aeropuerto y de vuelta a la “Contaminación” (pareciera que no bastaba con el smog de México) a Rafa Márquez después de su lesión lo querían en cuarentena para evitar problemas. Y así sin importar condición social, México empezó a ser aislado.
Ese aislamiento generó el “desconchinfle” de la bolsa, del comercio, nuestra economía estaba en pique, pues esto le daba en la torre, al menos en Puebla los hoteleros se quejaban de la falta de turismo (aún con los extranjeros que estaban aquí los cuales caminaban por el zócalo con el miedo como si tuviéramos roña), en el canal de “chismes” los directores teatrales exigían la reapertura de el entretenimiento, pues el mantenimiento les estaba saliendo un ojo de la cara. Lo peor del caso no fue que “El gremio actoral” o altos empresarios estuvieran teniendo pérdidas y se quejaran; sino que sus trabajadores, la mano de obra estaba más que estancada (bueno casi siempre ha estado así), ellos en verdad denotaban el sufrir del paro, pero a ellos nadie los volteaba a ver.
Se fue creando una especie de desinformación, pues ya muchos no sabían si era una “cortina de humo”, si el mundo se acabaría o la crisis nos estaba llegando hasta el cuello.
De acuerdo a mi revista (Proceso) el Indre antes llamado Instituto de Enfermedades Tropicales, se había tornado deteriorado, lo que no le daba una estabilidad de salud al país y entre dimes y diretes nos calló la enfermedad que se tardó en controlar. Por lo que haya sido, la incompetencia se masificó y se taparon las realidades de nuestro país con “Los afamados cerdos” y su infección. Pues ya nadie hablaba de el narcotráfico, (ni una breve), nadie tocaba el punto de la legalización de drogas y ya nadie recordaba que antes de la Influenza A (H1N1) Calderón no lograba concretar tratos, ni lograba rescatarnos del hoyo en el que desde el sexenio pasado nos estábamos hundiendo. De eso ya nadie se percataba.
Fue una pena que este tipo de situaciones nos obligaran a bloquearnos y pasar por desapercibido lo que atañe de problemas a México. Al parecer personas de 20 a 40 años estábamos propensos a contagiarnos y no solo de Influenza sino de ignorancia.
Pasaron los días tensos y mientras se restablecían las labores, en el Facebook podías mandarle regalos de influenza a tus cuates, unirte a grupos y en el Messenger obtener tu ícono “nice” de influenza y así como decían mis contactos “La influenza es lo de hoy”; tanto fue el descanso, que algunos estados no bastos de suspensiones volverán a trabajar hasta el 17 de mayo (digo de una vez que se agarren el puente del 15 de mayo) situación que pondrá en aprietos a los estudiantes, pues las clases perdidas ya no se recuperan y las horas dormidas menos.
Pues mientras nos llega otro distractor (y no es que la influenza fuera mentira, pero ah como la aprovecharon), nos queda mantenernos más alertas, aunque de todo lo que fue aconteciendo, lo único bueno es que el hábito de limpieza empieza por dar frutos y los baños de mi escuela están más limpios.
Trás tanto decir, los dejo con esto:
THE SHOCK DOCTRINE
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